viernes, 28 de junio de 2013

Premio Nobel de la Paz a Emily Greene Balch


"Nos queda mucho, mucho por recorrer. Así que démonos prisa por este camino, el camino de la ternura y la generosidad humanas. A tientas, puede que nuestras manos se encuentren en la oscuridad." Emily Greene Balch.

Desde hace mucho tiempo atrás, las mujeres de todo el mundo no contaban con el respeto que merecían, sus opiniones no eran escuchadas, dejando así sin importancia todo tipo de pensamientos o ideales que ellas pudiesen tener. Es por esto que en el año 1915, dos mujeres se unen con el fin de alzar la voz femenina del mundo y prevalecer sus inclinaciones referentes a forjar un mundo lleno de paz, refutando derechamente, en aquel entonces, lo que sería la primera guerra mundial. Una de estas dos mujeres era Emily Green Balch. Una mujer que luchó por la paz, la cual fue co-fundadora de “La liga internacional de las mujeres por la paz y la libertad”, movimiento el cual lo integraban mujeres pacifistas y feministas. Es por esto que se hizo merecedora del Premio Nobel de la Paz, por su constante lucha por la igualdad y por la paz en el mundo. Es por esto, que a continuación se detallara aún más la vida de esta grandiosa mujer que con amor sacrifico su vida entera por una mejor sociedad.

Emily Greene Balch nació el 8 de enero de 1867, fue una académica estadounidense, escritora, sindicalista y pacifista. Creció en un vecindario jamaicano de Boston, dentro de una familia acomodada, fue una de las primeras graduadas del Bryn Mawr College, en 1889. Continuó estudiando sociología y economía en Europa y los Estados Unidos, y en 1896 ingresó en la facultad de Wellesley College, y en 1913 se convirtió en profesora de economía y sociología. Fue una profesora  excepcional y siempre impresionaba a los estudiantes por la claridad de su pensamiento, por su gran experiencia,  su compasión para con los desvalidos y su carácter. Pero fue destituida de este cargo por sus actividades pacifistas durante la Primera Guerra Mundial porque ayudó a fundar la Liga Internacional de Mujeres para la Paz y la Libertad e hizo campaña contra la entrada de Estados Unidos en el conflicto armado. Luego de ser despedida, se convirtió en editora de "The Nation", una revista de noticias liberal muy conocida. En 1946 fue galardonada con el Premio Nobel de la Paz, junto a John Raleigh Mott, por sus trabajos pacifistas e integradores como presidenta internacional honoraria de la Liga Internacional de Mujeres para la Paz y la Libertad. Emily se convirtió en cuáquera en 1920, y nunca se casó. Y murió el 9 de enero de 1961 con 94 años de edad, en su retiro en la ciudad estadounidense de Cambridge.

Desde el año 1900 en adelante, en el mundo se empezó a desatar una serie de guerras que involucraba a varios países de cada zona geográfica, en donde cada uno de ellos sacrificaban a sus hombres mandándolos a batallas en donde de mil hombres que asistían ni siquiera una cuarta parte regresaba con vida. Además de esto, en el año 1913 aproximadamente Estados Unidos empieza a ganar un lugar en lo que sería años más tarde la Primera Guerra Mundial.  Y cuando se desató esta guerra, Emily Green tras ver una serie de muertes, ataques, discriminaciones para con las mujeres y las personas de bajos recursos, después de ver cómo un centenar de personas morían día a día y nadie hacia nada al respecto, consideró una tragedia todo lo que le tocó presenciar, puesto que ella era una mujer que le gustaba prevalecer la paz entre todas las sociedades. Y es así con en 1915 decide fundar Liga Internacional de Mujeres Pro Paz y Libertad (LIMPAL) que es una organización no gubernamental, pacifista y feminista, fundada en La Haya, Holanda en abril de 1915 y que tiene secciones nacionales en treinta y siete países. Los objetivos que declara son unir a las mujeres del mundo que se oponen a la opresión  y la explotación, así como a mujeres de diferentes ideas políticas y religiones para estudiar, dar a conocer y ayudar a eliminar las causas y la legitimación de la guerra, así como para trabajar por una paz permanente, mujeres que por lo demás tenían como propósito de hacer respetar sus derechos, que sus países no formaran parte de las guerras tanto civiles como mundiales y así trabajar por un mundo en permanente paz.

Fue gracias a esto que en 1946 fue galardonada con el Premio Nobel de la Paz, junto a John Raleigh Mott, por sus trabajos pacifistas e integradores como presidenta internacional honoraria de la Liga Internacional de Mujeres para la Paz y la Libertad por más de cuarenta años. Emily fue merecedora de este premio ya que no solo trabajó y fue precursora de este movimiento LIMPAL, sino también porque participó en la comisión de educación industrial y de inmigración, participó en los movimientos que luchaban para conseguir el sufragio de las mujeres, una justicia racial, el control del trabajo del niño, salarios justos y buenas condiciones de trabajo para todo laburador. Y todas estas buenas acciones Emily las realizó puesto que era una mujer amante de la paz, y tras ver un sinfín de injusticias como la desvalorización  a las mujeres o a la gente de clase baja y además de las guerras civiles y mundiales, decide hacer algo en pro de un mundo mejor, en donde cada ser fuera respetado y valorado por lo que es, y así poder formar un mundo que gire en torno a la paz y al buen entendimiento, y estos buenos pensamientos, que ella los transformo en obras importantes tanto para Estados Unidos como para treinta y siete países más del mundo, se considera como una gran merecedora del Premio Nobel de la Paz.

En conclusión, Emily Greene fue una mujer que rompió en aquellos años con todas las barreras que pudiesen existir, fue una abnegada maestra y devota de sus alumnos, quien además lucho por perseverar la paz en el mundo, e incluso cuando el camino se le hizo difícil, ya que la despidieron en donde trabajaba como profesora por ser una pacifista, eso no la detuvo y siguió luchando junto a otras mujeres con el fin de mejorar no solo una sociedad sino también el mundo entero. Es por esto que fundó la LIMPAL en 1915 y durante toda su vida permaneció en este movimiento para lograr cambios de verdad y que perduraran con el tiempo.

Es por lo previamente señalado, y por su abnegación a la colaboración del mundo en pro y honor a la paz, es que en mi opinión, la considero una mujer intachable, una mujer digna de admirar, ya que en aquellos años la voz de la mujer no era valorada y Emily también lucho por eso, se hizo escuchar y se hizo notar sin importarle las reglas o las etnias poderosas, ella siempre lucho y siguió fielmente sus ideologías, hecho el cual me hacen admirarla aún más, y la dejan a mi parecer, como un modelo digno a seguir. 

Hoy en día el legado que dejo esta mujer, sigue causando frutos, ya que la sede central de LIMPAL se encuentra en Ginebra y mantiene una oficina en las Naciones Unidas, en Nueva York. Es la organización femenina pacifista más antigua del mundo, y siguen luchando por los mismos cometidos que se generaron hace aproximadamente cien años atrás, que son unir a las mujeres del mundo que se oponen a la opresión y la explotación, así como a mujeres de diferentes ideas políticas y religiosas para estudiar, dar a conocer y ayudar a eliminar las causas y la legitimación de la guerra, así como para trabajar por una paz permanente. 

Es por lo expuesto anteriormente, que se hace inevitable reflexionar de acuerdo a este tema, ya que tanto el movimiento LIMPAL como la ONU, han logrado que las guerras civiles y mundiales se hayan disipado por completo entre los países, y aún más le han otorgado a la mujer el valor y el puesto que merece en la humanidad, que es un ser humano digo de respeto, aceptación y valorización en la igualdad de condiciones que posee con el género masculino; sin lugar a dudas, esto es algo que se lo debemos de agradecer a todos esos valientes hombres y grandiosas mujeres que sacrificaron toda su vida a favor a que hoy en día podamos disfrutar de la igual de derechos y condiciones que poseemos y de un mundo en donde las guerras ya no son un problema vital como lo eran en aquellos años. Por lo que además de agradecer, hay que valorar el mundo en el que vivimos hoy en día y por lo consiguiente, debemos de trabajar en conjunto para que cada tras cada segundo mejoremos el preciado lugar en donde tenemos la dicha de vivir.



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